dissabte, 19 de febrer del 2011

El amor redentor

La cálida tarde de verano de 2011 la gente salía a la calle para tomar el aire. Fue el día más caloroso del verano. Nosotras estábamos tumbadas en la hierba del parque sin poder movernos por culpa del calor. En lugar de ir con pantalones y camiseta íbamos con el bañador pero aún así no moríamos por un cubo de agua fría. El club natación que teníamos estaba lleno y los socorristas no querían dejar que pasara más gente porque mucha gente en el agua significa poco espacio para nadar y que posiblemente tendrían que tirarse para ayudar a alguien a salir. La policía se desplegaba a lo largo del lago para que nadie se tirara en zonas prohibidas para el baño. La “caseta de fusta” no era apta para el baño desde hacía años porque se había encontrado una colonia de tortugas de florida, esas que muerden. El ayuntamiento no quería encender los aspersores porque si hacía tanto calor era posible que nos quedásemos sin agua. Al otro lado del segundo plano, en el que estábamos nosotras vimos a un grupo de chicos que hacían lo mismo que nosotras, buscar un lugar fresco. El lugar más fresco era donde estábamos situadas las chicas así que se acercaron para saludar y quedarse por allí. Como no nos divertíamos mucho solas les dejamos que se quedaran y establecimos una conversación. Eran divertidos y muy atractivos pero aún así hacía un calor insoportable. Habamos durante un hora entera sin darnos cuenta y vimos que uno de ellos estaba colgado por nuestra amiga. Como habían dicho que tenían una piscina con agua fría decidimos reunirnos un momento para hablar a solas. Debíamos conseguir que nos invitaran a ir a la piscina así que utilizamos al chico para acceder a ello. Nuestra amiga se puso a su lado y coqueteó un poco con él. Al cabo de un rato hacíamos camino dirección la piscina. Al llegar vimos un patio enorme con el césped verde natural pero un poco resplandeciente, la piscina estaba al lado y su agua era del color del mar, un turquesa que te dejaba sin sentidos y no te permitía pensar de lo bonita que era. Nos metimos al agua y jugamos un poco. Fue una tarde maravillosa y nos invitaron el día siguiente, y el siguiente ya así durante todo el verano y pudimos resistir el terrible calor del verano de 2011.

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