Paciente:
Tigrida Planas
Asunto: Urgencia
Paciente Tigrida Planas, necesitamos con urgencia que se presente al hospital.
Las
últimas pruebas que le hicimos nos han mostrado un pequeño tumor en la parte
posterior del cerebelo.
No
queremos alarmarla. Puede que sea un tumor benigno, por lo tanto que no
produzca daño alguno.
Para
no entrar en un riesgo asegurado necesitamos que se presente el día....
Día de la cita: 30 de Septiembre
Dr.
Romadilla
Banyoles,
25 de Septiembre
Hospital
de Gerona
Banyoles,
26 de Septiembre
Querida
abuela,
Hace
ya varios años que deje de verte y de llorarte. Tu marcha nos afecto mucho a
todos, durante semanas estuvimos distanciados entre nosotros. Echamos de menos
tu forma de hablar, con ese acento, tu sonrisa, tus vestidos de flores y rayas,
los regalos que nos hacías; aún conservamos los juegos de cama que nos diste en
Navidad.
Recordamos aún que dejábamos el sofá con las fundas mal puestas y tu nos decías
que lo pusiéramos bien. Echo de menos que confundieras mi nombre con el de mi
prima, y cómo nos lo pasábamos bien juntas con los muñecos, las miniaturas y
los peluches. Esos momentos que compartíamos juntas las tres en el patio eran
para mi uno de los mejores de mi infancia.
Cuando llegábamos nos estabais esperando, junto con el abuelo, en la puerta del
garaje, pero a medida que pasaba el tiempo te fuiste poniendo mala y ya no
podías estar mucho de pie y nos esperabas en una silla. Ya no podías jugar con
nosotras, ni nos regañabas cunado poníamos las fundas del sofá mal. Hasta que
ya no ocurrió nada, llegábamos y no nos esperabas, jugábamos pero sin ti y ya
no queríamos estar en el sofá, porque todo eso era lo que te hacía a ti
especial, pero cuando tu no estuviste más ya no tenia ningún sentido. Lo último
que recuerdo es que mamá se fue y tu no volviste jamás.
Pero
todo este tiempo sin ti ha valido la pena, pronto estaré contigo.
Con
cariño,
Tigrida
Banyoles,
2 de Octubre
Sergi,
No
sé ni por dónde empezar,... Ese tiempo a tu lado fue el mejor, aunque fuéramos
distintos, supiste quererme igual. Tú fuiste muy cariñoso y amable en cambio
yo... de cariñosa nada. Te gustaba que estuviésemos juntos todo el tiempo y yo
prefería que estuviéramos en grupo porque estar a solas con un chico me era
imposible, me ponía muy nerviosa y no se me ocurría nada que decir. Eres de las
mejores cosas de ese verano que me ocurrieron junto con estar al lado de mis
mejores amigos, aunque se habían peleado la mayor parte del tiempo.
… pero aún así no se si la cosa funcionó muy bien, no te veía mucho y para
estar tanto tiempo separados prefería que cuando nos viésemos solo fuéramos
amigos porque sufría demasiado y no quería distraerme pensando en ti y tener
exámenes, pero no tiempo para estudiarlos, porque solo tenía quince años y lo
que antes me importaba más era el futuro, pero no el sentimental sino el
académico para poder vivir bien y no tener que conformarme con un trabajo que
no quisiese nadie ni nada por el estilo, quería poder vivir sin preocupaciones!
Ahora
pienso que debería haber aprovechado al máximo todo el tiempo que estuvimos
juntos. No quiero que me llores.
Atentamente,
Tigrida
Banyoles,
15 de Octubre
Rishi,
Te
echo de menos ¿sabes?¿cuanto hace que no nos vemos? He perdido ya la cuenta de
los días que paso sin verte. Antes nos veíamos más, para ir a jugar, a nadar y
a hacer cabañas, a luchar con palos simulando una lucha de gladiadores, jugando
un partido de baloncesto con mi hermano pequeño; o un partido de fútbol tu y yo
contra todos los otros, como el equipo invencible; o buceando en esa pequeña
isla y tirándonos desde la roca más alta (que nos dejaban) y riendo sin parar
siempre. No discutimos nunca, y nuestras tardes y días eran como un respiro del
mundo, un momento en que solo existíamos nosotros y nadie más, dónde todo lo
demás no nos preocupaba, las risas de la gente, que nos miraba y decían que no
podíamos ser amigos porque tu eras un chico y yo una chica. Las carreras que
hacíamos, jugando a pillar en el agua, siempre llegábamos al mismo tiempo, me
costaba un poco pero siempre conseguía llegar antes de que me atrapases. Era
divertido. Pero ahora pienso que nos excedíamos, un poquito, porque cuándo
empezábamos no nos paraba ni dios. Echaré de menos esos tiempos, en los que
desconectábamos y éramos felices. Ahora nos preocupan cosas, cosas de las que
no podemos aislarnos. Solo me falta decirte que esperaba que nos pudiéramos ver
pronto, porque no podré soportar más la idea de no verte otra vez, antes de no
verte más. Te necesito, necesito ver tu sonrisa, tus ojos y tu mirada, tu
rostro, todo tú, para sentirme viva por última vez.
Espero
tu respuesta,
Tigrida
Banyoles, 1 de Noviembre
Mireia,
Te he explicado tantas cosas, cuando tengo algún
problema siempre estás allí. Te puedo hablar de todo, de chicos, de trabajos,
de amigos y de mis preocupaciones, de todo. Lo mejor es que tu no te cansas de
mi, ni de escucharme. Me das muy buenos consejos y siempre consigues que haga
lo que no me atrevo a hacer. Consigues
darme el empujón necesario para llegar a ser quién soy ahora. Todo lo que tengo
y lo que soy te lo debo a ti. Haces de
mi una buena y alegre persona. Soy quién
soy gracias a ti. Espero que sepas lo mucho que te quiero y te aprecio, y lo
mucho que te echo de menos cuando no estas aquí. A veces nos pasamos una o dos
semanas sin vernos y luego vemos que nos echamos mucho de menos. No te lo he
dicho nunca, eres mi mejor amiga y no quiero perderte. Nunca había conocido a
nadie como tu, tan brillante e inteligente, madura a pesar de tener un año
menos que yo. Eres la hermanita que nunca tuve. Quiero que sepas que no te
dejaré escapar, que tu y yo estaremos juntas siempre, puedes contar conmigo por
todo lo que quieras. Que aunque no estaré mucho tiempo aquí, quiero que veas
que yo tambien estoy aquí para ti, puedes contarme lo que quieras, que siempre
hablo yo y ahora quiero escucharte, una última vez.
Te quiere,
Tigrida
Banyoles, 18 de Noviembre
Querida tía “Llúcia”,
Nos dejaste hará dos meses, te fuiste sin decir
adiós. Ahora que te encontrabas mejor, que no tenías ningún problema ni ninguna
enfermedad, te nos vas, por un accidente. Un accidente parecido al mío. Nuestra
familia siempre tiene accidentes. Primero yo, al lado de casa, un coche choco
conmigo, y aún tengo dolores, mi rodilla no se a recuperado, hace cinco años
que sueño con coches. Y luego mi abuelo fue atropellado por un camión, pero
sobrevivió, solo que a veces no recuerda las cosas porque recibió el impacto en
la cabeza. Pero
tu, no tuviste nuestra suerte, te llevaron al hospital, y llegaste, pero ni si
quiera el tío “Miquel” pudo llegar a despedirse, no llegó al hospital, ni él ni
tus dos hijos llegaron al hospital a tiempo. ¿Tenías prisa por irte? No tenías
derecho a dejarnos así. Tanto tiempo preocupándonos y ahora nada, nos hemos
quedado sin ti. Debemos aceptarlo, lo se, pero no quiero que sea así. No quiero
perder a más gente. Todo el mundo termina por dejarme y no es nada justo, una
persona tendría derecho a elegir cuando nos quiere abandonar, y dejarnos. Para
poder tener, ni siquiera, diez segundos, para despedirnos. Ahora tendré tiempo
para hablar contigo.
Te veré pronto,
Tigrida
Banyoles, 25 de Noviembre
Papá,
Tantas cosas tengo aún que aprender, que
escuchar, y que ver. Tu quieres enseñarme pero yo no quiero abrir los ojos, no
quiero aprender, quiero volver a ser tu niña, quiero seguir jugando en el
parque contigo, quiero seguir acurrucándome en el sofá a tu lado, no discutir,
y que tu me protejas, quiero seguir siendo tu niña pequeña, para poder tener
ese tiempo otra vez y utilizarlo de forma distinta. Recuerdo nuestras tardes en
nuestra granja, ayudándote a dar de comer a los conejos, y recuerdo que no
podía ni levantar el cubo del pienso, y tenia que dejarlo siempre en el suelo,
que no llegaba a las comedoras de arriba y tiraba un poquito en el suelo.
Recuerdo los perritos que tuvimos, y que ni siquiera podía levantar uno sin la
ayuda de mi hermano. Recuerdo que me hice daño porque te cayo una piedra encima
de mi dedo, y que cuando llegamos a casa te pusiste a llorar, tú en lugar de
yo. Pero ya he crecido, y “salí del nido”, no me dio miedo hacerme mayor,
quería hacerme mayor. Me da miedo irme antes que tu, porque aunque siempre
estamos peleando o discutiendo, nos queremos mucho, somos iguales, tenemos el
mismo carácter, la misma terquedad, y la misma perseverancia, tu no tampoco lo
querías, por miedo a que me perdieras. Podemos aún crecer durante un tiempo
juntos, ayudame tu con los nuevos problemas y obstáculos, ayúdame a ser mejor
persona, a ser como tu, y llegar, incluso, a ser mejor que tu, aunque sea por
poco tiempo, quiero ser mi mejor yo.
Te quiero mucho!
Tu hijita
Banyoles, 10 de Diciembre
Señor presidente,
Quiero cuatro barras, cuatro barras rojas,
siempre se me ha dicho que si deseo mucho una cosa la puedo conseguir. No ha
servido mucho en mi caso. El año pasado quería una buena noticia, y me dieron
un año. Quería una amiga y la tengo, y quería que mi año fuera feliz y pero no
lo es. Pienso que es porque el mundo no sabe que si deseamos una cosa con mucha
fuerza, y trabajamos la podremos conseguir, porque no crea que conseguí un año
más de mi vida sin esfuerzo, tuve que trabajar, y soportar un dolor que no se
puede imaginar. Quiero que la gente desee lo mismo que yo, solo cuatro barras
rojas, y se que después podrán serlo, solo necesitamos que nosotros creamos en
ellas. Las cuatro barras son el símbolo que uniría esta nación para llegar a
ser algo más... más libre. Antes de dormirme, quiero ver esas cuatro barras. A
veces lo importante no es la imagén o el fondo, sino la letra de una canción o
las palabras de un hombre viejo y sabio.
Atentamente y con un deseo,
Tigrida Planas
Banyoles, 25 de Diciembre
Queridos espectadores,
He echo muchos espectáculos desde que aprendí a
andar. Habéis asistido a todos. El próximo, espero veros, aunque sea el último
al que me veáis, porque no importa la cantidad de gente que venga si no que
venga con el corazón. Que venga a ver algo que siente y que apoya. Que defiende
aquello por lo que bailamos. Que vengáis a expresar y a sentir. Algunas piezas,
no os han convencido y nos habéis ayudado a mejorarlas. Vuestro apoyo nos hace
crecer, me da fuerza y me deja perplejo que con nuestros bailes se unan cada
vez más gente para luchar por la expresión libre de nuestra patria. Sé que
estaréis a mi lado. Que me ayudaréis a juntar más gente, para que nuestro
movimiento sea mayor, más fuerte, para que se levante y se pueda oír desde muy
lejos, porque la gente oiga nuestro sufrimiento y nos de la mano. Se una a nosotros,
porque ellos también han pasado por nuestro momento o porque nos entienden.
Aunque no luchen con nosotros, que estén a nuestro lado. El simple echo de que
a otra gente le guste nuestra expresión, nos hace crecer, ya que nos da a
entender, por tanto, que les gusta nuestro idioma, nuestro ritmo. El baile es
mi forma de expresarme, y debemos luchar para que no sea solo mi forma, si no
la de mucha más gente, es una forma que no comporta la violencia. No nos
dejaremos presionar, y siendo cuatro, diez, viente, cincuenta, cien,
quinientos, mil,... seamos los que seamos debemos permanecer juntos luchando
sin llegar nunca a la violencia que se utiliza en lugares inhóspitos. por la
causa y no dejar brechas entre nosotros. Os dejaré muy pronto, pero mi hijo
seguirá con todo el movimiento. Pido, que me recordéis. Mi hijo hará bien su
trabajo, solo pido que confieis en él.
Esperando vuestra sonrisa en el próximo
espectáculo,
Compañía de danza Planas
Banyoles, 15 de Enero
Señora directora,
Las notas de mi hijo no nos convencen. En casa
nunca está estudiando, nunca tiene deberes. Siempre está jugando en el
ordenador o mirando la televisión, nunca hace caso de lo que le digo. Él dice
que ya se sabe la materia, pero luego los exámenes, son malas notas o suspende.
Siempre discute con sus hermanos, y se pelea. No escucha nuestras palabras, y
hace caso omiso de lo que le decimos. Queremos que hable con el educador y
psicólogo del colegio. En casa es mi tarea. En el colegio deben ser ustedes
quiénes hagan que saque buenas notas. Si le cuesta más se le explica de otra
forma, pero no pueden dejar que un niño se quede sin aprender la materia, su
tarea es que aprendan para tener un buen futuro, pero si suspenden el examen y
lo dejan allí, ese niño no aprende. No pueden pretender que todos los niños lo
aprendan de la misma forma, hay unos que con sólo verlo ya la entenderán, hay
otros que necesitarán una explicación y hay otros que necesitarán diez
explicaciones, y nuestro hijo, que tal vez necesite más de diez explicaciones y
diez ejemplos, pero su tarea es que mi hijo aprenda.
Atentamente,
Tigrida Planas
(Madre de Matias Planas)
Banyoles, 30 de Enero
Albert,
Nos conocimos de pequeños en clase de guitarra,
y nos lo pasamos muy bien, ya entonces me gustabas, eras divertido, gracioso, y
muy mono, pero éramos muy pequeños. El año pasado te volví a encontrar, somos
los mismos, pero con distintos pasados, yo me casé, tuve un hijo y me divorcié.
Tu te casaste y te quedaste viudo. Me lo paso muy bien hablando contigo,
siempre tienes algún que otro chiste que contar, y la verdad es que eres muy
gracioso, pero me vuelves a gustar, y eso hace que ya no pueda estar tan
tranquila. Porque me asusto cuando me hablas. Me pareces muy mono, pero no te
lo puedo decir porque no quiero perderte y no quiero sufrir, quiero olvidar,
quiero que tu y yo seamos amigos, como antes, con el “mar de papers” cuando
íbamos a guitarra y no encontrabas una partitura, ponías todas las hojas encima
de una mesa y parecía un océano, un océano de letras en el que nunca
encontrabas el pez que buscabas. Ahora quiero pasarlo igual de bien, tal vez no
con las partituras, pero quiero poder hablar contigo sin sentirme incómoda.
Quiero que nos lo pasemos igual de bien que nos lo pasábamos en clase. Ahora te
miró y me sale una sonrisa de la boca, sin querer. Tengo cosquillas y no puedo
dejar de ser feliz. Me gustaría enviarte ésta carta pero te perdería. El poco
tiempo que me queda me ayudará a dejar de pensar en ti. Espero poder ir otra
vez de campamentos contigo en el cielo, ya que en mis sueños siempre he estado,
para pasarlo mejor que nunca.
Cuando no este quiero que veas un video que te
hice, siempre te he tenido en mi corazón.
Pensando siempre en ti,
tu Flor de un día
Banyoles, 15 de Febrero
Queridos nietos,
No voy a poder daros esta carta en persona. Lo
sé y lo supe des del día en que el médico me pidió que fuera al hospital. Me
dijeron que no tenía tiempo, que podía luchar un año, pero no más de eso,
aunque si tengo que seros sinceros aún no se porque me lo dijeron. Ahora estoy
en mi habitación, sin poder moverme mucho. Hemos echo un montón de pruebas y
tratamientos. Cada noche, al contemplar las estrellas veo la cara de vuestro
padre y de vuestra abuela. La verdad es que no sé quiénes sois. Cuando me me
anunciaron mi enfermedad empece a olvidar, se que aún no habéis nacido, porque
mi hijo es muy joven. Aún no ha encontrado a su amor, pero sé que lo hará,
vuestro padre se casará con la que espero que os tenga a vosotros. No quiero
pensar en que viviréis en el mismo infierno que yo, quiero pensar que esta
genética morirá conmigo, que al verme escribir una carta, ha no os atacará.
Algunos de mis amigos, aunque mi mente no está muy bien para recordarlos, han
venido a visitarme. Me mata cada día ver como soy más inútil para las cosas más
sencillas. Me deja sin ganas de volver. Vuestro padre os contará mi historia,
solo quiero que le preguntéis.
Pero la guerra está aquí, dentro de mi, así que
disfrutad de la paz que espero que tengáis. Creo que el único regalo que os
puedo ofrecer es no daros mi genética.
Con cariño,
vuestro
vieja abuela Tigrida Planas
Banyoles
29 de Febrero de 2012
Hijo,
Quiero
que leas esta carta que es la que un amigo me envió:
Banyoles,
29 de Febrero de 1996
Querida Tigrida,
A la luz de mi vela y
de la preciosa luna recuerdo con nostalgia nuestro pasado encuentro. Los
soldados me vigilan, pero espero poder asistir a nuestra cita de mañana. Tal
vez llegue con retraso, quiero que me esperes una hora, pero si después no he
llegado huye, coge tu caballo y no vuelvas, vete con el barco del día
siguiente. No quiero que mires atrás, no quiero que tengas miedo, solo que me
recuerdes, que nunca olvides a este hidalgo sin dinero ni título. Te pido
perdón. Mi palabra no significa mucho, la de un soldado te valdría más, pero
espero que aceptes la mía que te la doy con el corazón, con lo único que no se
me a arrebatado, el amor de un hombre. Según la realeza, es menor que su
coraza. Pero es lo único que me queda y lo que te quiero dar a ti, mi hermosa Flor
de un día. El reflejo del atardecer en el mar es solo la luz que tu rubio pelo
amana, y tus preciosos ojos me recuerdan las perlas que encontraba en las
ostras de los arrecife de la villa en que me crié. Eres el anhelo que todo
hombre aspira.
Espero inquieto nuestro
huida, y deseo con todo mi fervor que los guardias acepten mi pequeño y
maléfico obsequio. Quiero poder poseerte ésa noche, llegar a dónde nadie a ha
llegado, hacerte mía y no dejarte ir jamás. Tu y yo juntos para toda la
eternidad...
Con cariño, tu Albert
Banyoles, 10 de Marzo
Querido hijo,
No te lo he dicho, pero
no me queda mucho tiempo. Me enviaron una carta del hospital, diciendo que
tenia un tumor, no sabían si era benigno o maligno. No parecía peligroso, pero
debían asegurarse. Cuando fui allí empezaron diez doctores una conversación con
su juerga técnica en la que no entendí más de dos palabras seguidas. De repente
se giraron todos hacía mi, y sus ojos no eran los mismos. Eran ojos tristes.
Habían llegado a una conclusión. Solo me quedaba un año y medio. Ahora ya he
gastado casi todo mi tiempo. No te lo había dicho porque quería que este tiempo
a tu lado no fuese ficticio. Que tu me quisieras por quién era y no por quién
dejaría de ser. Quiero que abras esta carta después de mi muerte. Se la daré a
mi medico, que es quien te lo explicará todo. No le culpes a él, por no
decírtelo, estaba en el secreto profesional. Espero que tampoco me culpes a mi.
Aunque esto tampoco te lo haya dicho mucho, te quiero más que a nada en el
mundo. Eres lo mejor que me podía pasar. Eres lo mejor de mi.
Te quiere,
Mamá