dissabte, 4 de juny del 2011

SI ENTENDIÉRAMOS LA VIDA, NO HABRÍAMOS INVENTADO EL ARTE

Soy profesor en el instituto de Banyoles. Me llamo Jorge. Tengo... 28 años, no 29. llevo toda mi vida yendo de un sitio a otro. Y ahora tengo un perro y una hija. Vivo con mi mujer en una casa con jardín y piscina. Mucha gente me envidia, por o tener la vida que llevo yo. La verdad es que no se de que me quejo. Desde pequeño quería ser profesor en un instituto, porque admiro lo que hacen y lo que son capaces de hacer. Captan la atención de los adolescentes. Que es la edad más difícil, problemática, testaruda,... que se puede encontrar una persona. Hacen que la mayoría de ellos les respeten más que a sus propios padres. Son mentores para la gente que tiene que aprender de alguien. Hacen de padres, pero solo para los cerebros. Quise tener un perro, como el que tengo ahora, un pastor alemán, el típico perro policía que salía a las películas que veía. La casa también era la que de pequeño había deseado. Una casa con jardín i piscina para invitar a mis amigos, hacer fiestas y pasarlo bien. Mis deseos se han cumplido, la verdad es que si me quejo es de gruñón. La gente hace vida y milagros, para conseguir lo que quería desde que nació. Poca gente lo consigue, soy afortunado, no debo quejarme, debo alegrarme. Al fin y al cabo, tengo todo lo que quería porque estoy en el cielo.

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