Gritos
y puños levantados. La euforia de un público que quiere ser libre.
Un grupo en el escenario y una canción interpretada. Un símbolo que
mueve, un sentimiento que une y una lengua que grita. La
independencia de una nación. Obrint Pas en concierto, y nuestra
“senyera” en el corazón. Unas letras aprendidas por la
repetición, la emoción y el significado que tienen. El placer de
conocer a más gente que quiere libertad, que quiere pensar, que
quiere vivir. Una generación que se ve encerrada en una política
ignorante. Una política constituida por gente que piensa en el
presente. El presente en el que vivirán ellos pero no piensan en el
futuro en el que viviremos nosotros. Sus padres no jugaron con su
futuro, pero ellos sí con el nuestro. Nuestro futuro es solo nuestro
y debemos ser nosotros quién elija. Otra canción. Otro himno. Un
símbolo de unión.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada